Vuelvo a caminar sin dirección, y siento sumergirme en el recuerdo de creerme el más pequeño del mundo. Un ser inmortal que crecer por subir no ve la realidad. Vivir un mundo irreal, al ser invisible pedí jugar, porque así me sentí al ver a los demás, escapando de gigantes mi infancia recorrí con las ganas de gritarle, desde el niño mas pequeño, hasta un ogro feroz llenan su corazón, y así caminé mi niñez sin ver, que yo tengo el derecho de ser quien soy, a ser quien soy, a ser yo...
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